VIAJES DE LAS PROFES
1- LAS MERINDADES
"La cuna de Castilla"
El norte de la provincia de Burgos es
una de las zonas más desconocidas y fascinantes que todavía quedan por
descubrir a los habitantes del centro de la Península. Buena parte de esto se debe
al carácter de transición de estas tierras, que parecen condenadas a servir de
paso a los veraneantes de Cantabria o las zonas industriales y comerciales del
País Vasco. Quizá por ello aquellos enclaves de las Merindades que quedan más a
trasmano de los principales ejes de comunicación, aún conservan muestras de
arte y de cultura verdaderamente arcaicas, a lo que contribuye también el
aislamiento propiciado por una geografía abrupta, llena de profundos cañones.
El paisaje de esta comarca está sin duda vinculado a su historia y a su
cultura, y es uno de sus grandes atractivos; aquí el agua es el gran
protagonista, perforando la tierra en cada uno de los arroyos que confluyen en
el gran padre Ebro, y originando una variada fauna y vegetación.
El término Merindad, que aparece en el
siglo X, hacía referencia a un territorio donde un Merino ejercía como
representante real. Las merindades eran unas divisiones
geográfico-administrativas que se dieron a finales del siglo XII en el Reino de
Castilla y Navarra que por esta época incluía todos los territorios cántabros,
conservando sus topónimos y su identidad. El merino era el representante del
rey en dicha merindad.
En el norte de Burgos, una veintena de municipios forman, en la actualidad, la
comarca de Las Merindades. Alguno de sus municipios mantiene este nombre:
Merindad de Valdivielso, Merindad de Sotoscueva, Merindad de
Valdeporres,Merindad de Montija y Merindad de Cuesta Urría.....
Nuestra ruta la comenzaremos con un buen
madrugón .Ya sabéis...."Al que madruga Dios le ayuda" Partimos por la
A-1 hasta que llegamos a Burgos. Paradita para un cafelito y seguimos por la N
623..Si os parece podríamos parar en Covanera, andando unos minutos podemos ver El pozo Azul, es la
cavidad subacuática más larga de España, con un desarrollo de 3.810 m,y un color turquesa.
Continuamos por la N 623 ,cuando
nos acercamos a Cantabria, aparece un desvío a Orbaneja del Castillo. Éste
es el pueblo elegido para realizar la segunda parada. Nada más entrar en el
pueblo con el coche veremos una gran cascada que surge de entre las casas. Las
aguas de la cascada vienen de la Cueva del Agua que esta dentro del pueblo.
Además de la cascada, podremos
disfrutar del paisaje y del pueblo ya que está rodeado de un conjunto rocoso
que hace formas muy bonitas. Pero..... ¿ No vamos a subir al castillo?... No
¿Adivináis porque?.Porque no hay castillo ..se llama Orbaneja del Castillo
porque las formas rocosas que rodean el pueblo parecen las ruinas de un
castillo .Ya lo veréis.
Para continuar el viaje tendréis que descubrir en Orbaneja un par de camellos besándose ¡que romántico! Y la silueta
de Africa así que ....!a buscar!
Después del paseo por Orbaneja volvemos a
retomar la N-623 dirección Santander aunque unos kilómetros más adelante
tomaremos un desvío hacia Soncillo. Desde Soncillo tenemos que buscar la carretera
local que llega a San Cibrían y que nos lleva a Villabascones de Bezana.
Destino: La cascada
de las Pisas. Este pequeño recorrido comienza en el barrio de abajo de
Villabáscones. Descendemos por la carretera, dejando la iglesia a nuestra
derecha, para tomar el camino de la izquierda que parte junto a la curva. Este
trayecto nos va adentrando en un fresco hayedo. En pocos metros admiramos el
bello espectáculo que nos ofrece el arroyo de los canales al precipitarse al
vacío en pequeños escalones.
Continuamos el camino principal hasta encontrarnos con el arroyo de La Gándara.
Ahora, al remontar el arroyo, el recorrido se hace más divertido ya que
sorteamos rocas y ramas antes de llegar a nuestro destino: el inigualable
paraje del salto de
las Pisas. ¡Preciosísima!
.Entre ida y vuelta son 5 km,
se puede tardar un poco más de una hora.
A poco más de 13 Km. llegaremos a Puentedey para ver un puente que tiene de 75 metros de largo, 34 de
ancho y 15 de altura... Un puente especial... ¿Por qué? Hace miles de años las
aguas del río Nela chocaron contra el murallón de piedra , sin desviar el
curso, el río embistió terco hasta que por alguna hendidura se metió el primer
hilo de agua. La herida se fue ensanchando, al principio seguramente sería una
gruta húmeda pero con el tiempo el agua ganó la batalla a la roca, que cedió al
fin para dejar paso al río Nela.
El enorme arco natural de piedra formado por el río Nela fue atribuido por los
antiguos pobladores a una obra divina, el "puente de Dios" que
derivó al topónimo Puentedey. En un soporte del Arco de Dios se alza la
iglesia; en el otro, el Palacio de los Velasco. Una maravilla que disfrutan a
diario poco más de cincuenta vecinos. Tenemos que bajar y hacer fotos bajo el
arco.
De nuevo en ruta... carretera
de color amarillo, pero en 14
Km llegamos al
complejo kárstico de Ojo
Guareña
El complejo kárstico de Ojo Guareña es, con sus más de 100 kilómetros de
desarrollo, es el conjunto de cuevas más extenso de la Península Ibérica y
puede incluirse entre los diez mayores del mundo. Además de poseer un indiscutible interés
espeleológico, en su interior se han localizado varios santuarios prehistóricos
y 53 especies de invertebrados cavernícolas. Aspira a entrar en la
lista del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.
Daremos un paseo de 600 m por la cueva. ¿Quienes
son los culpables de esto? El rio Guareña y el rio Trema.
Las cavidades y su entorno han servido durante
siglos como lugar de culto , santuario o vivienda, e incluso lugar de reunión
del concejo de la Merindad, primero junto a la encina sagrada y luego en la
Sala del Ayuntamiento En la entrada a la cueva hay una ermita , la de San Bernabé, veremos dentro
unas pinturas murales que nos cuentan la vida y milagros de San Bernabé y San
Tirso, al principio la ermita estaba dedicada a San Tirso.
Seguimos subiendo hasta Espinosa de los Monteros, Espinosa es una legendaria villa conocida
sobre todo por sus "Monteros", cuerpo hidalgo que desde el año 1006
tenía el privilegio de custodiar durante la noche las estancias de los reyes de
España.
Nos muestra a cada paso palacios como el de
los Condestables, la casona de Carrillo del siglo XV, el castillo o el torreón
de los Velasco, con almenas, en un delicioso paraje arbolado. También hay edificios
religiosos góticos, renacentistas y una plaza Mayor porticada.
Si fuera martes podríamos ver un mercado, el mercado de los martes, que se
viene celebrando desde el siglo XV .
Podemos dormir en este pueblo .
Hay casas rurales, albergue y algún
hotel.
También
podemos visitar Villarcayo y Medina de Pomar. Un
par de iglesias románicas y
el monasterio de Santa Clara, en el que no hay que perderse su claustro y su
cúpula basada en el modelo de los Condestables de Burgos. Pasearse por la
judería puede depararle también unas cuantas sorpresas, en forma de palacios,
puertas, o rincones de origen medieval. Si Villarcayo es la capital de
servicios de Las Merindades, Medina de Pomar lo es de su espíritu y su legado
histórico; quizá por eso no existe tanta rivalidad cómo podría caber esperar,
porque cada una se siente orgullosa del papel que le corresponde.
Encaramada en lo alto del pueblo de Siones se
encuentra la iglesia de Santa María. Y la iglesia de San Lorenzo de Vallejo de
Mena ¿carácter exótico e inacabado?
Próxima parada Cozuela y otra cascada: la Cascada
de Peñaladros, (por el puerto de Angulo, atentos.... hay una cascada que se
puede ver de lejos cuando pasemos por el puerto)
Cruzamos el pueblo y justo después de pasar la última casa y el cartel que pone
fin al pueblo, tomamos un camino descendente. Tras unas curvas debe haber un
saliente donde dejamos el coche. Justo en ese punto es donde está la caída de
la cascada de Peñaladros. Andamos un
poco......solo 20 metros
para ver esa preciosidad de cascada. El río de la cascada tiene nombre de santo
y de cerveza ¿Lo adivináis...?
Seguimos , paramos en San
Pantaleón de Losa y su
ermita románica, Consagrada en 1207 es una de las más fotogénicas y pintorescas
de la provincia a pesar de que es pequeñita. Se encuentra encaramada en lo alto de una
enorme peña saliente, la Peña Colorada, en un lugar de indescriptible belleza.
Otra paradita..... Pedrosa de Tobalina, el
río Jerea se precipita formando la cascada del Peñón , de más de 20 metros , si dejamos el
coche en la calle principal, la referencia es el bar Velez.....el caso es que
andando 100 metros
nos encontramos con la cascada .
Nos desviamos para visitar Frías, una
ciudad medieval ¡ Preciosa ¡ Su puente medieval con una torre para cobrar
pontazgo o peaje a quienes atravesaban el Ebro....su castillo sobre un espolón
rocoso con una Torre del homenaje con capiteles románicos......el barrio de la
Judería... el escudo de la casa-cuartel con sus estrellas y el cordón.... Las
casas colgadas.....Frias tiene mucho que ver. Nos tenemos que acercar a ver la ermita del Cristo en Tobera a dos km de Frias con su puente romano y su
cascada del río Molinar.
¿Por qué se llama rio Molinar...? Porque estaba lleno de molinos ¿Qué cómo vamos? Pues es muy fácil...
Partiendo del centro de Tobera, remontaremos el curso del río por la derecha.
En el camino, la sucesión de saltos de agua es constante. Llegaremos así a la
ermita del Santo Cristo. Desde allí, tras una breve parada para disfrutar de
este magnífico entorno, y para hacer las fotos pertinentes, continuaremos la
marcha por la antigua carretera. Unos metros más adelante él salto de agua es
espectacular.
Otro pueblo interesante es Oña, pequeña población enclavada
en un cañón de tupida vegetación mediterránea, que parece esconder sus pequeñas
joyas de las miradas de los turistas de paseo rápido. El caserío se acurruca
alrededor de la inmensa mole del monasterio de San Salvador, fundado en el
siglo XI, y que ahora comparte sus usos turísticos con los de un hospital de
enfermos y mayores.
Hoy el monasterio acoge algunos tesoros de incalculable valor y lamentable
promoción y conservación. Más allá del soberbio atrio de la portada, la
basílica goza de una altura casi catedralicia, de dominante estilo gótico, aunque con elementos
románicos. No pierda de vista el soberbio órgano del siglo XVII y las pinturas
murales del XIII recientemente descubiertas; pero si de joyas hablamos, la que
acapara todas las miradas son los sepulcros en madera policromada de los reyes
de Navarra y de los primeros condes castellanos: pura filigrana. En las
dependencias del monasterio se ha podido recuperar también un magnífico coro en
piedra con escenas de la última cena, y un soberbio claustro gótico con buenos
ejemplos de sepulcros en sus principales calles. En centro del claustro se
levanta un pinsapo de una altura gigantesca que parece haber nacido en la misma
época de fundación del monasterio. Todos estos elementos nos hablan de la
influencia que poseían los abades de Oña en la Alta Edad Media, hasta el punto
de que rivalizar con los condes de Castilla en la toma de decisiones en toda la
comarca. Sus dominios afectaban a parroquias situadas a cientos de kilómetros,
y no fue hasta la constitución del obispado de Burgos cuando esa influencia
empezó a decaer.
En los alrededores de Oña, debemos buscar la carretera que
nos llevará a Trespaderne,
a través del cañón de la Horadada, donde se ha construido un centro de interpretación
arqueológico para conocer los restos de un castillo levantado en el siglo V, el
de Tedeja, y varios eremitorios rupestres verdaderamente pintorescos en Tartalés de
Cilla. En el patio de armas aún se conservan un par de ventanales
del siglo XII con escenas de grifos y caballeros, y en la torre del homenaje se
goza de una perspectiva sobresaliente de toda la comarca, con un paisaje
marcado por la vega del Ebro y los desafiantes cortados que delimitan profundos
barrancos en todas direcciones. No olvide asomarse a los oscuros aljibes, y
fotografiarse junto al puente levadizo, que parece sacado de un cuento de pura
perfección que esta terminado. Desde el pueblo es muy recomendable acercarse
hasta las hoces del Sobrón, una sucesión de cañones excavados por el Ebro con
una vegetación de ribera impresionante, que forma en el otoño algunos paisajes
de contar y no parar, y que únicamente aparecen interrumpidos en su belleza por
la gélida presencia de la central nuclear de Garona
Restaurantes:
En Oña, no
hay que dejar de probar los platos de caza y la tarta de queso en el
restaurante "El Cazador" (tienen un buen menu por 18 euros), muy
amables y con una materia prima de conocida fama (se encuentra en la carretera
que cruza el pueblo).
En Medina de Pomar es muy barato y atento el
restaurante "San Francisco", en la calle principal, antes de llegar a
la plaza mayor. En Cigüenza, hay que probar los platos y asados de Casa Mari,
caseros a más no poder. Y en Noceco, cerca de Espinosa de los Monteros, la
cocina creativa y sabrosa del centro de turismo rural "Siglo XIX" es más que recomendable (menús de 18 a 23 euros).